PRESENTACIÓN


América Latina y el Caribe es la segunda región más urbanizada del planeta, donde se ha pasado de una tasa de urbanización (porcentaje de población urbana respecto a la población total) del 64% en el año 1984 al 79% en 2010. Si la tendencia continúa, todo apunta a que en 2050 dicha tasa podría situarse en el 87%. En países como Argentina, Brasil, Chile, Uruguay o Venezuela, más del 85% de la población vive hoy en ciudades. Un vertiginoso ritmo de crecimiento de las metrópolis que conlleva enormes desafíos para los municipios, en términos de degradación medioambiental, inequidad social, congestión, problemas de accesibilidad, inseguridad vial, etc.

Una ciudad sostenible debe ser una ciudad amable para el ciudadano; en este contexto, el transporte desempeña un papel fundamental, dado que es el elemento clave para garantizar el acceso de la población a servicios básicos como la salud, la educación, el empleo o el abastecimiento, y a otros servicios que proporcionan comodidad a los ciudadanos y activan la economía, como los relacionados con el ocio.

La ciudad sostenible debe caracterizarse por el equilibrio entre la provisión de un sistema de transporte eficaz, en el que la seguridad de los usuarios vulnerables (peatones, ciclistas y motociclistas) y el servicio público se sitúen en un lugar prioritario, sin descuidar la importancia que el transporte de viajeros y mercancías tiene para la economía en los entornos urbanos, en los países y en las regiones.

En términos de seguridad vial, entorno urbano y presencia de usuarios vulnerables son hoy sinónimo de elevadas cifras de siniestralidad en América Latina y el Caribe. En estudios recientes se pone de manifiesto el gran desconocimiento existente, en términos generales, acerca de la representatividad de la accidentalidad en ciudad respecto al total; en los países en los que se dispone de esta información se confirma que los datos son elevados, superando en muchos casos el 50% de la siniestralidad total. Se mantiene, asimismo, la tendencia de elevada representatividad de los usuarios vulnerables (peatones, ciclistas y motociclistas) en las cifras de fallecidos en accidentes de tránsito. La media poblacional de usuarios vulnerables fallecidos, si bien no se dispone de datos para la totalidad de los países de la Región, supera el 50%.

Otra referencia recientemente publicada por LA Network profundiza en las estadísticas de siniestralidad en las ciudades de América Latina y el Caribe, y pone de manifiesto las dificultades de su recopilación y consulta; si bien la tasa de mortalidad global es de 15.9 fallecidos por cada 100.000 habitantes, se han podido identificar urbes con ratios casi cinco veces superiores, como es el caso de San Salvador, que figura entre las metrópolis con peores ratios del continente; significativamente por encima de la media global se sitúan las ciudades brasileñas de Campina Grande, Joao Pessoa y Teresina, así como los municipios colombianos de Montería y Villavicencio.

En este contexto, la VI edición del CISEV dedica su segunda edición al análisis de soluciones y al debate constructivo para conseguir ciudades más seguras, ciudades más sostenibles. El objetivo de fondo es ayudar a reducir la siniestralidad en el ámbito urbano, un propósito que se enmarca dentro de las prioridades del Decenio de Acción para la Seguridad Vial 2011-2020. Otro gran reto de este CISEV es plantear metas para la próxima década, ante la proximidad del horizonte temporal 2020.


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